Duras críticas a la falta de acuerdos para defender el medio ambiente y la vida


Molestia en los pueblos indígenas por persistencia de países ricos de seguir adelante con su política mercantilista de industrialización que pone en riesgo al planeta (ABI)

    Montevideo, URUGUAY La conciencia sobre los efectos del cambio climático está instalada pero aún los gobiernos priorizan sus economías domésticas. Al fracaso de Copenhague, siguieron negociaciones para llegar a la Cumbre de Cancún a fin de año con otra suerte. La burocracia le gana a la lucha contra el calentamiento global, anota un informe del periódico El País de Uruguay.

    Ajenos a esa pelota que tiene cautivado a prácticamente todo el planeta desde Sudáfrica, y a los miles de millones de dólares que también ruedan por aquellas canchas, del otro lado del globo se disputa otro partido tan mundial como ese pero bastante más sensible. A la hora de enumerar los efectos del cambio climático sobre el planeta, se podrían incluir la muerte de decenas de miles de personas, islas desaparecidas, desastres como inundaciones, sequías e incendios cada vez más frecuentes, extinción de animales, entre tantos otros impactos ambientales puedan ocurrir mientras los gobiernos no logren llegar a acuerdos en la reducción sustancial de las cantidades de emisiones de gases de efecto invernadero a la atmósfera.

    Agrega que, de continuar la emanación por parte de los países más contaminantes, las regiones más pobres y menos desarrolladas recibirán las peores consecuencias.

    El propio secretario ejecutivo saliente de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático (CMNUCC), Yvo de Boer, señaló que, de continuar las actuales condiciones para 2020, la población africana se verá expuesta a una reducción de un 50 por ciento de su producción agrícola, Asia Central y Sur verá disminuir sus tierras productivas en un 30 por ciento para 2050, y América Latina seguirá ese mismo camino de un 30 por ciento para 2080.

    Agrega que para evitar el daño que todavía es reversible (hay otro tanto que ya no lo es), se deben bajar entre 25 por ciento y 40 por ciento de las emisiones, y así frenar el aumento de la temperatura global superior a los dos grados centígrados. Eso es lo mínimo que sugieren los científicos hasta el año 2015.

    El enfoque subraya que existen diferentes visiones de países desarrollados frente a otros en desarrollo, y no logran un protocolo que los involucre a todos, con compromisos y responsabilidades a cumplir.

    Lo curioso es que las distintas posturas no tienen que ver con lo que los científicos vaticinan, sino que más bien se relacionan con sus propias economías domésticas. Temen perder competitividad frente a sus pares si disminuyen las energías utilizadas para sus sistemas productivos, aunque existen excepciones, como la Unión Europea, Noruega, entre tantas otras naciones, que se muestran bastante más involucradas a la hora de llegar a consensos.

    El año pasado, la Cumbre de Copenhague fue prueba de esos fracasos más políticos que científicos. Y justamente, en las dos últimas semanas, para no repetir esa mala experiencia, más de 4.500 personas, representantes de 194 países, observadores de Naciones Unidas, organizaciones internacionales ambientalistas, agentes de la sociedad civil y periodistas, se reunieron en Bonn (Alemania), en lo que aparentaba ser una ronda de negociaciones clave, previo a la cumbre de la Convención Marco sobre Cambio Climático que se desarrollará en Cancún, México, a fines de año. En ésta se pretende lograr uno o varios acuerdos vinculantes, ya que el Protocolo de Kioto vence en 2012.

    La publicación, que delegó a un corresponsal a la reunión de Bonn, señala que la frase que más reinó durante las conferencias fue la de "restablecer la confianza" (perdida en Copenhague) entre los países. Los pasos que se habían dado previo a la Cumbre de Dinamarca parecieron dar marcha atrás, y en eso trabajan los negociadores. Pero mientras se toma tiempo para decisiones políticas, "el daño que se está haciendo al demorar las soluciones es irremediable", expresó el profesor Jean-Pascal van Ypersele, vicepresidente del Panel Intergubernamental de Expertos de Cambio Climático, quien comenzó su conferencia a la prensa con una diapositiva que mostraba la caricatura de un político dando un discurso en un atril, mientras un científico desaliñado le decía: "Pero 2.500 expertos coinciden en los efectos del cambio climático".

    Por esa razón Yvo de Boer, quien se retira del cargo en julio, se mostró escéptico sobre lograr resultados a corto plazo, refiriéndose especialmente al encuentro en Cancún. "Si vamos a alcanzar un acuerdo legalmente vinculante, hablar de Sudáfrica es una posibilidad más realista", reflexionó. Obviamente no se refería al Mundial de Fútbol, sino a que Sudáfrica será sede de la Conferencia de Partes en 2011.

    El secretario fue más lejos aún cuando señaló que no vislumbra acuerdo como el que se esperaba en Copenhague de aquí a 10 años. Sobre el dinero prometido en la cumbre del año pasado, así como la reducción de emisiones acordadas, entre otros ítems, De Boer dijo: "Es fácil hacer promesas. Luego está el cumplirlas".

    Según la NASA, los primeros cuatro meses de 2010 han sido los más calientes jamás registrados en un año a igual período. "Posiblemente la temperatura media global de 2010 se convierta en un récord", señalan los científicos de esa organización. La Tierra ha estado 0.65 grados más caliente en los últimos 12 meses, con un pico alto en el mes de abril de 2010. Asimismo, la última década ha sido la más caliente desde que se llevan registros.

    La oficina de meteorología de Pakistán registró esa temperatura en mayo de 2010, la más alta de Asia. También las altas temperaturas al Norte de India han llevado cientos de muertes, en lo que se considera uno de los veranos más calientes desde 1880 que se llevan registros, señala Climate Progress.

    Un informe del Panel Intergubernamental de Expertos en Cambio Climático (IPCC), que reúne especialistas científicos internacionales, concluye que las emisiones resultado de actividades humanas han crecido sustancialmente incrementando las concentraciones atmosféricas de gases de efecto invernadero (CO2, CH4, CFC y N20). Se puede esperar un aumento de 3º en la temperatura promedio para 2100, así como un aumento de los mares entre 60 y 100 cm. Los rápidos cambios de temperatura modificarán la composición de los ecosistemas y algunas especies no estarán aptas para adaptarse lo suficientemente rápido por lo que se extinguirán, según IPCC.

    Por lo menos 20 millones de latinoamericanos estarían expuestos a inundaciones, con el incremento previsto del nivel del mar, según la NASA.

    Según un estudio de la US National Snow and Ice Centre Data publicado por The Guardian, para 2060 el Ártico estaría libre de hielo. Actualmente se encuentra en sus niveles más bajos de extensión de todos los tiempos. Hoy desaparecen 40.000 km cuadrados por día de hielo ártico.

    La proporción de emisiones de gases de efecto invernadero que se le atribuyen a América Latina alcanza al 12 por ciento. Sin embargo, es una de las regiones que más sufrirá el calentamiento, estimándose en 4°.

    NR.- Los desacuerdos más que acuerdos salidos de la reunión de Bonn hicieron que los pueblos indígenas de Bolivia y de otras naciones expresaran su protesta porque las naciones industrializadas mantienen una posición irreductible para no asumir responsabilidades frente al cambio climático y el camino del planeta hacia su destrucción.

    El Gobierno boliviano organizó en abril pasado en la localidad de Tiquipaya una Conferencia Mundial de los Pueblos sobre el Cambio Climático y los Derechos de la Madre Tierra en la que participaron más de tres millares de representantes de organizaciones internacionales, Gobiernos y movimientos sociales.

    En ese encuentro se emitieron una serie de iniciativas para ser incluidas en la agenda de la Cumbre sobre el Cambio Climático que se realizará en Cancún a fines de año.

    Sin embargo ante los desacuerdos de la reunión preliminar de Bonn, las naciones industrializadas hicieron todo para impedir el ingreso a la agenda de estos puntos.

    El propio presidente de Bolivia, Evo Morales, entregó el documento de conclusiones de la Conferencia Mundial de los Pueblos al secretario general de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), Ban Ki-moon, para que sea debatido y socializado entre las naciones del mundo antes de comenzar la Cumbre de Cancún.

    El embajador de Bolivia ante la ONU, Pablo Solón, advirtió que los intentos de los industrializados de evitar medidas que salgan al frente a las políticas mercantilistas de industrialización que llevan adelante las naciones ricas en desmedro de la vida del planeta.

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