Asalariados permanecen bajo la norma de flexibilización laboral

El nivel de sub empleo tiende a aumentar cada año en las principales capitales del territorio nacional.

• Los obreros están expuestos a una mayor desprotección social y a una precariedad extrema.

De acuerdo con una encuesta efectuada en 2008 por el Centro de Estudios para el Desarrollo Laboral y Agrario (Cedla) en las ciudades de La Paz, El Alto, Cochabamba, Santa Cruz y Potosí, solamente el 51.3 por ciento de los trabajadores asalariados tuvo un contrato por tiempo indefinido.

Por otro lado, el 28 por ciento estuvo sujeto a un contrato a plazo fijo y el 20.7 por ciento fue un trabajador eventual.

El investigador Bruno Rojas explicó que la restauración de los derechos laborales luego de la presentación del Decreto Supremo 28699 no cambió sustancialmente la calidad de trabajo, tanto del sector estatal como en el empresarial y semi empresarial, puesto que se mantiene la política de flexibilización laboral como modelo vigente.

“En algunas ciudades como El Alto y Cochabamba el porcentaje de asalariados permanentes cae por debajo de la mitad, lo que sucede por los procesos de subcontratación, mientras que en La Paz se eleva hasta cerca del 60 por ciento, lo que continúa siendo reducido”, aseguró.

El experto manifestó que ese rasgo tiende a convertirse en estructural, con una gran influencia en el nivel de los salarios medios. “Por lo general, quienes no tienen un contrato de trabajo permanente están sujetos a formas de pago a destajo o por obra y no reciben otros beneficios adicionales al salario (bonos, subsidios, primas)”, aseveró.

Por otra parte, dijo que se determinó al mismo tiempo que los trabajadores también se encuentran excluidos del acceso a las prestaciones sociales de corto y largo plazo, como gastos en salud, maternidad y lactancia, llegando desprotegidos a la vejez.

“El aumento de las contratación eventual o temporal ha sido una pieza clave para el logro de los objetivos de abaratamiento de los costos variables y el aumento de las tasas de ganancia empresarial, mientras crece la explotación del trabajo, llegando a niveles de fragmentación de los trabajadores y la competencia entre sí, con el consiguiente debilitamiento de la organización sindical y de las luchas por la mejora de sus condiciones laborales”, agregó.

DOBLE EXPLOTACIÓN

Tomando como referencia al conjunto de ocupados en las principales ciudades del país, durante 2008, un trabajador eventual ganaba en promedio la mitad de lo que recibía uno permanente. Uno persona contratada a plazo fijo solamente llegaba a recibir dos tercios del salario. Es así que Cedla llegó a la conclusión de que a mayor inestabilidad laboral la explotación crece y se verifica que el plus valor que se extrae de los trabajadores temporales o eventuales es extremadamente alto.

La información disponible permitió establecer que solamente el 38 por ciento de todos los asalariados aporta para su jubilación. En otros términos, casi dos de cada tres ocupados difícilmente puede aspirar a una renta de vejez que le permita vivir con dignidad cuando lleguen a la edad de jubilación.

De manera consistente con la información que proviene de los registros administrativos, se pudo verificar que el acceso a las prestaciones sociales es un privilegio de pocos trabajadores en el sector privado, tanto empresarial (tres de cada diez) como semiempresarial (dos de cada diez). El beneficio no está garantizado para todos los que trabajan para el Estado (ocho de cada diez), sobre todo si lo hacen en calidad de obreros en alguna de las empresas públicas de reciente creación. seis de cada diez.

“Con todo, es destacable la gran diferencia en la cobertura de estos servicios a los trabajadores del sector estatal, respecto a los del empresarial, es decir, en las unidades económicas organizadas de la manera típicamente capitalista es una de las manifestaciones de que la generación de empleo fue extremadamente reducida en 2008”, de acuerdo con el estudio del Cedla.

En esos términos, una fracción cada vez mayor de los trabajadores vinculados al llamado sector “formal” de la economía,acceden a empleos cuya calidad se asemeja a los que se ofrecen en el sector “informal”.

“Siguiendo el mismo análisis, se puede evidenciar que dada su creciente inestabilidad laboral, los obreros están expuestos a una mayor desprotección social en comparación con los empleados en todos los sectores del mercado de trabajo, lo que sumado a los bajos niveles salariales que obtienen los sitúa entre el grupo de ocupados sujetos a cada vez mayor precariedad laboral extrema”, concluye el documento.

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