Museo “Casa de Murillo”: Único repositorio de carácter histórico

EL MOBILIARIO COLONIAL DE LOS DIFERENTES SALONES, PONEN EL TONO A RESEÑAS E IMÁGENES QUE SE EXHIBEN DENTRO LA CASA MURILLO.

La casa en donde vivió don Pedro Domingo Murillo, el mártir de la Independencia de Bolivia, se halla ubicada en el Barrio de la Cruz Verde, en la zona norte de La Paz, específicamente en la calle Jáen.

La propiedad que fue adquirida por Ordenanza Municipal del 11 de julio de 1944, se constituye en el único repositorio de carácter histórico, que evoca el proceso primario de la emancipación americana que comienza con el pronunciamiento de 1809.

La casa fue restaurada a partir de 1948, y se cuidó de mantener sus características originales. Para su reconstrucción fueron consultadas las actas e inventarios realizados en los allanamientos llevados a cabo cuando las autoridades judiciales del Gobierno Colonial querían capturar a Murillo, y las obras del historiador Vásquez Machicado.

El museo que se encuentra construido en dos plantas, alberga importantes colecciones de nuestra riqueza artística de la época colonial. Todo el material que forma parte de sus diversas secciones son reliquias que fueron recogidas y clasificadas.

Dentro la Casa de Murillo se detalla la información histórica de La Paz. El mobiliario colonial de los diferentes salones ponen el tono a reseñas e imágenes que se exhiben en la pinacoteca colonial, la cual esta compuesta por 39 cuadros, y la sala iconográfica de Murillo, además del salón del general Ramón Loayza y la sala de la conspiración, ambiente que se constituía en el escritorio y dormitorio del prócer.

Asimismo dentro estos ambientes, los visitantes pueden encontrar un inventario de objetos de etnografía de la provincia Manco Kapac, de plantas medicinales usadas por los kallawayas, de mascaras de la sección etnográfica y de instrumentos musicales nativos.

Además se pueden apreciar reseñas de khochqas o talismanes kallawayas, cerámicas inkas encontradas en La Paz, y otros.

Entre los principales atractivos de esta casa, se destaca la Sala de Muebles, con bargueños, escaños, sillones y un importante cofre del Siglo XVI; la Sala de Presidentes, con importantes retratos; y la Sala de Nacimientos Barrocos.

ATRACTIVOS

Los atractivos que posee la Casa de Murillo son apreciados por los visitantes una vez que éstos atraviesan las pesadas puertas de madera roble que dan a la calle y pasan el zaguán de ingreso.

El primoroso empedrado bicolor del romántico patio de la Casa del protomártir Pedro Domingo Murillo, muestra en su centro la fuente circular que concede los deseos más insólitos a los visitantes propios y extraños que recorren la histórica Calle Apolinar Jaén.

Las colecciones suscitan también curiosidades y comentarios que a veces rayan en lo imaginativo o en lo malicioso. El dormitorio de Pedro Domingo Murillo exhibe una delgada camita de apenas una plaza que provoca el obvio comentario y la pregunta sobre su estado civil y sus aventuras amorosas.

La sala donde se halla la réplica de la Proclama de la Junta Tuitiva se ve atiborrada de muebles y lienzos algunos sin rotular y otros con escasa visibilidad por la distancia. Esta Proclama suscitó hace algún tiempo una suerte de polémica respecto a su autenticidad que se quedó simplemente en los círculos académicos e intelectuales.

Por su parte, la sala de lienzos presenta esas místicas obras de la Escuela Potosina que retratan la inocente belleza de las diferentes advocaciones de la Virgen María y las actitudes características de varios destacados santos católicos.

El comedor del agitador principal muestra con mayor expresividad el estilo barroco-mestizo en el decorado de los muebles, decoración que no deja libre un espacio siquiera para el descanso de la vista. Los bargueños, tallados delicadamente en madera, reflejan ese gusto artístico traído de ultramar y mestizado aquí gracias a la mano de escultores, pintores y arquitectos mestizos e indígenas.

Los nacimientos coloniales muestran esa costumbre implantada por San Francisco de Asís ya en épocas anteriores. La miniaturización del Niño Jesús y sus padres tiene su máxima expresión en esos delicados pesebres ambientados en el paraíso terrenal con Adán, Eva y la perniciosa serpiente escenificando la ingestión de la maligna manzana. Estas obras suscitan la atención por la cantidad y calidad de diminutos detalles y el excelente estado de conservación.

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