Dos ofertas

Por:
Manfredo Kempff Suárez*


De algo sirvieron las declaraciones del presidente Alan García –y el consiguiente bochinche de recova– porque, finalmente, S.E. soltó prenda, e informó que, ciertamente, Chile, “mediante algunas autoridades”, le habría hecho saber que estaba dispuesto a negociar con Bolivia un corredor al norte de Arica o un enclave en la zona. Bueno, menos mal que la agenda de los 13 puntos está preparándose para dar a luz nuestra anhelada criatura.

Estas opciones, según S.E., no son oficiales todavía, pero, como se puede observar, ambas se plasmarían por territorios que fueron peruanos antes de la Guerra del Pacífico, y peor, son territorios incluidos en el Protocolo Complementario al Tratado de Lima, de 1929. Quiere decir –para informe del Presidente– que cualquiera de esas posibilidades requiere de la aceptación peruana. Por lo tanto, lo que nos interesa a los bolivianos, no es que S.E. tenga excelentes relaciones con los movimientos sociales peruanos, como ha declarado, sino que mejore sus vínculos con el Gobierno del Perú, que, a la inversa de Bolivia, es el que manda en esa nación hermana. Humala no cuenta de momento.

S.E. habló antes de su viaje a Qatar (¿?) en el Grupo Aéreo de Caza. Se trasluce que su declaración fue improvisada por lo tanto. Tan improvisada que afirmó lo que le hemos oído a su Ministro de Defensa, en sentido de que “por primera vez” Bolivia hablará en términos serios con Chile. S.E. ha borrado de un plumazo de su memoria –o no le han contado nunca– que Bolivia no sólo ha “hablado” seriamente del asunto marítimo con Chile, sino que ha negociado y ha logrado el reconocimiento chileno de que existe el problema marítimo con Bolivia que se debe solucionar.

Que no crea S.E. que lo de la famosa agenda “sin exclusiones” es algo novedoso, genialidad del canciller Choquehuanca, porque eso se estableció en la reunión de Algarve, Portugal, allá por el año 2000. Y que S.E. no busque el asesoramiento de algunos miembros de la Armada Boliviana (¿Bandeira?), sino de sus diplomáticos. Porque si hasta su Ministro de Defensa confunde el Tratado de Ancón de 1883 (donde Perú cedió a Chile la provincia de Tarapacá) con el Tratado de Lima de 1929 (que definió sus actuales límites), estamos lucidos. El domingo pasado, en esa incubadora de ministros y vicepresidentes que es el programa El Pentágono, el titular de Defensa mostró, con absoluto acartonamiento y seriedad, una falta de conocimientos históricos y jurídicos terriblemente pasmosa.

Pero en fin, habrá que esperar que de la Agenda tan manoseada salga algo positivo, que ya no sea extraoficial sino que se convierta en una negociación. Y para eso, que a la par de las buenas relaciones con Chile, A.E. mejore su trato con Perú. Además, sería decisivo que empiece a buscar un Canciller de verdad, que lea, que lo asesore, que negocie.

*Manfredo Kempff Suárez
es escritor y diplomático.

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