Gobierno argentino acepta reducir los impuestos de algunos productos

La Mesa de Enlace confirmó que se había avanzado en la cuestión de las retenciones.

• Los delegados confirmaron que se acordó la eliminación de las retenciones a los lácteos, así como subsidios a la cría de terneros.

Buenos Aires, (BBC Mundo).- Tras más de tres horas a puertas cerradas, los representantes del campo y del gobierno argentino anunciaron el martes que habían alcanzado “algunos acuerdos”, dando la primera señal de acercamiento en un conflicto que lleva casi un año, plagado de acusaciones, reclamos y medidas de fuerza.

Al concluir una esperada reunión con autoridades nacionales, los dirigentes de la Mesa de Enlace, que reúne a las cuatro principales entidades del agro, confirmaron que se había avanzado en la cuestión de las retenciones a algunos productos -como el trigo, la leche y la carne-, que el Gobierno aceptó reducir.

Resultados parciales

“Podemos decir que empezó una etapa de diálogo con algunos resultados parciales”, expresó el presidente de la Federación Agraria Argentina (FAA), Eduardo Buzzi.

Los delegados confirmaron que se acordó la eliminación de las retenciones a productos lácteos, así como los subsidios a la cría de terneros y la reducción de impuestos de exportación para materias primas de las economías regionales. Sin embargo, en la agenda de la reunión no hubo espacio para discutir los gravámenes a las exportaciones de soja, uno de los principales puntos de reclamo del campo. “Hasta acá no se contempla uno de los problemas centrales que tenemos, el de la soja y el girasol, pero por fin hubo una mesa donde no hubo palomas y halcones”, agregó el titular de la FAA, quien indicó que, en una calificación de uno a 10 en el avance de la negociación, “estamos en cuatro”.

Inconformes

Asimismo, su par de la Sociedad Rural, Hugo Biolcati, destacó que el agro no está del todo “conforme” con la propuesta que el gobierno puso sobre la mesa, aunque reconoció que “es un momento muy complicado del país” como para llevar más lejos los reclamos. Horas antes, la presidenta Cristina Fernández había reclamado al campo que “recapacite” y que muestre señales de “grandeza”.

Para algunos analistas, el tono conciliador que se percibió tras este encuentro puede leerse como una señal de optimismo, muy diferente a los cruces hostiles que habían marcado la relación entre el Gobierno y el campo desde marzo de 2008.

Otros observadores, en cambio, se muestran más escépticos sobre una posible resolución del conflicto. “El Gobierno hace rato que definió al campo como uno de sus enemigos, y los acercamientos son movimientos interesados para minimizar los riesgos en un año electoral y con un país en recesión”, opinó el analista económico José Luis Espert, en diálogo con BBC Mundo.

Crisis para todos

Tras la reunión -la primera de carácter oficial con el sector en casi ocho meses-, el Gobierno se esforzó en leer las propuestas llevadas a la mesa de negociación a la luz de la crisis económica global.

La ministra de Producción, Débora Giorgi, quien encabezó el encuentro, declaró que las medidas acordadas estaban destinadas a mejorar la rentabilidad de aquellos productores que han venido experimentando dificultades, tanto por la caída de precios de los productos agropecuarios en los mercados internacionales como por la sequía que aqueja al país. Según las cifras oficiales, las propuestas representan para el Estado una pérdida de $1.300 millones (unos $us 369 millones) en sus arcas fiscales.

A la hora de hablar de la soja, los portavoces del encuentro se hicieron eco de la postura firme que el gobierno de Cristina Fernández ha sostenido en los últimos meses.

“No es un capricho, ni un tabú... pero tenemos que discutirlo de acuerdo a las necesidades de Argentina. En este contexto de crisis, sería injusto para otros actores de la economía que nosotros bajáramos las retenciones a las soja “, expresó el ministro del Interior, Florencio Randazzo, también presente en la reunión.

Este grano, que ocupa el 50 por ciento de la superficie sembrada del país, ha generado ingresos por casi $us 24.000 millones al año, y ha colocado a Argentina en el tercer lugar del ranking mundial de productores.

Toma y tractorazo

Aunque la negociación pasó a un cuarto intermedio hasta la próxima semana, los dirigentes de la Mesa de Enlace se mostraron prudentes y prefirieron no hablar de nuevas medidas de fuerza. A la mesa llegaron el martes tras un paro de cuatro días, el sexto en casi un año, que llevó a un cese casi total en la comercialización de carnes y granos, aunque no produjo desabastecimiento.

Además, se llevaron a cabo otros modos inusuales de protesta: un grupo de productores ingresó por sorpresa en la sede de un banco en la provincia de Entre Ríos, en el Noreste del país, para reclamar una reducción de las tasas y la renegociación de deudas asumidas por los chacareros locales.

Encabezados por el líder de la Federación Agraria en esa provincia, Alfredo de Ángeli, unos 200 trabajadores agropecuarios tomaron el local de la entidad bancaria, en un procedimiento que fue duramente criticado por el Gobierno. Luego, el dirigente entrerriano encabezó un “tractorazo” de protesta.

En varios puntos del país se congregaron asambleas y “vigilias” de productores a los costados de las rutas, como antesala de la reunión entre los delegados del campo y los ministros.

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