Un peruano condenado a morir ahorcado en Malasia por narcotráfico

Reyes Amasifuén Tello, de 30 años, un ciudadano de Perú ha sido condenado hoy a morir ahorcado por un tribunal de justicia de Kuala Lumpur tras ser declarado culpable de tráfico de cocaína.

Fuentes de la embajada de Perú en Malasia confirmaron la sentencia a Reyes Amasifuén Tello, de 30 años, e indicaron que los abogados de reo recurrirán en el Tribunal de Apelaciones contra el fallo en los próximos días, y, "si fuera necesario, también ante el Tribunal Supremo".
"Esperábamos que la sentencia fuera menos desfavorable, es una situación difícil", añadió la fuente, quien precisó que es la primera vez que en Malasia se condena a un peruano a la pena capital.
Agregó que otros cinco peruanos, acusados del mismo delito de narcotráfico, esperan ser juzgados este año: tres en febrero, uno en mayo y el último en junio.
Amasifuén fue detenido el 15 de mayo de 2007 en Kuala Lumpur cuando transportaba 1.114 gramos de cocaína repartidos en 100 cápsulas que había tragado y que escondía en el estómago.
La Policía había recibido un soplo y le siguió desde su llegada al aeropuerto internacional de Kuala Lumpur en un vuelo que tomó en Buenos Aires y que hizo escala en Singapur.
El abogado defensor, Tharamjit Singh, argumentó en la sala de justicia que su defendido llevaba seis meses en el paro cuando se le aproximó un narcotraficante y le ofreció un trabajo por 3.000 dólares (2.288 euros).
Las redes del narcotráfico ofrecen hasta 10.000 dólares a los peruanos de las zonas más empobrecidas del país para que transporten droga.
Una vez dictada sentencia, los recursos y apelaciones a nuevas instancias pueden alargar el proceso unos dos años.
La legislación de Malasia establece la pena capital para toda persona que esté en posesión de más de 15 gramos de heroína o cocaína, de 1.000 gramos de opio o 200 gramos de cannabis.
En Malasia han sido ajusticiadas 229 personas durante las últimas tres décadas por el delito de tráfico de droga.
EFE

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