El Síndrome de la desaprobación paterna: origen de la hostilidad

Por: Eduardo Kucharsky Asport



La frase del día:

“La regresión me ha liberado de toda una vida de dolor”

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Muchas relaciones y comunicaciones con nuestros hijos son distantes, frías y negativas y aparentemente no hay razón para ello puesto que hemos dado todo nuestro amor, nuestro apoyo y nuestro cariño incondicional; de lo que no nos hemos dado cuenta es del hecho de la hostilidad inconsciente que también les hemos dado.

El síndrome de desaprobación paterna es un trauma o un golpe bajo que dan los padres a sus hijos cuando se enteran del embarazo de la madre; la reacción precisa cuando se enteran del hecho, afecta de forma dramática al espíritu divino que está en el vientre de la madre y reacciona también con la misma actitud que con el correr del tiempo se hunde en la profundidad de su subconsciente y queda como un programa negativo bien grabado que produce un comportamiento infeliz en la persona, además de comportamientos distantes, adictivos, con muy baja inteligencia y hostilidad abierta o encubierta.

El problema es más general de lo que se piensa y los daños que produce esta situación son enormes y dolorosos para los papás que no llegan a entender la verdadera causa de esta situación.

Con una terapia de regresión se crea un renacimiento artificial para que la persona pueda hacerse consciente de esa reacción inicial que se produjo en su etapa de vida prenatal; una vez que se establece esta situación, se hace que el sujeto se mueva en el tiempo imaginario y comunique a su madre y a su padre que va a llegar a este mundo y les diga el tipo de reacción que espera de ellos cuando se enteren, no de un estado de embarazo sino de la llegada de un ser divino a este mundo; una vez que el sujeto ensaye esta nueva situación, se produce una reacción positiva y esta reacción debe anclarse a una imagen, a un sonido y a una sensación y de esta manera, la negatividad reprimida queda borrada o anulada y da lugar a una actitud lúcida, madura y positiva que convierte al sujeto en una persona sensata, consciente y accesible a la comunicación voluntaria y consciente.

Las personas que tienen éxito en estos ejercicios de regresión dejan de vivir desquitándose de los papás y dejan de insistir en hacer cosas que los progenitores desaprueban y comienzan a hacer las cosas que verdaderamente quieren hacer en la vida.

Cuando en el hogar hay una persona problemática, ésta impide que la familia sea verdaderamente feliz y mientras persista este problema van a persistir las condiciones de infelicidad en el hogar; por lo tanto, está en sus manos buscar ayuda y decidirse a ir en pos de la solución.

Nada se pierde con pasar por una experiencia de regresión y en cambio sí hay mucho que ganar con los estados negativos que van quedando atrás.

Sugerencia: Lea este artículo en una reunión familiar citada expresamente para este fin y luego de leerlo, pida su opinión sincera a cada uno de los miembros de la reunión; concluya la reunión con un abrazo general coronado por las palabras más lindas que se puedan pronunciar y decir.

Si desea conversar con el autor acerca de estos temas o consultar acerca de cualquier problema que tenga puede hacerlo llamando al 2488284 o al 72513317; o escribiendo al correo electrónico eduardokucharsky@gmail.com

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