Mundial Sudafrica 2010: El motín de la vergüenza acaba en final de ciclo

'Impostores'; 'Antipatriotas'; 'Desertores', 'La vergüenza del país' son algunos de los titulares que han decorado los quioscos franceses tras la derrota ante México y, sobre todo, tras los insultos, motines, peleas, amenazas de plante e intervenciones políticas de los últimos días. Imagínense los de hoy, tras hacer el ridículo ante la anfitriona, Sudáfrica, que se despide de su propio Mundial con una digna participación sustentada en 4 puntos y en un coraje constante.

Quizás nunca sepamos si la revolucionaria alineación de Domenech fue alentada por el propio técnico o si simplemente puso a los que quisieron jugar. Antes o después se filtrará. El veterano Cissé entró por el expulsado Anelka; Clichy por el rebelde Evra; Squillaci por el amigo de Henry: Abidal; Alou Diarra por el sancionado Toulalán; Gourcuff por el irregular Malouda; y Gignac por Govou, otro de la vieja guardia.

Henry, señalado por algunos como el instigador del motín, salió en la segunda parte, como Malouda y Govou, cuando Francia se arrastraba por el Free State, de Bloemfontein. Domenech, sin apoyos desde que la federación anunciara la contratación de Lorent Blanc, eligió de inicio a los supuestos leales, aunque por el resultado y la actitud plasmada sobre el campo, quizás también le dieron la espalda.

Khumalo y el propio Gourcuff, reclamado durante estos días por parte de la alta sociedad de Francia, pronto se encargaron de matar las pocas opciones que tenía Francia para clasificarse o por lo menos de retocar su perjudicada imagen. El primero, porque adelantó a Sudáfrica con un espectacular cabezazo ante el gigantón Diaby y después de que Lloris 'se comiera' el vuelo del Jabulani (20'). Y el segundo, porque fue expulsado por ir con el codo en un salto con Sibaya. El colegiado lo consideró agresión y cerró la lúgubre participación de Gourcuff en su primer Mundial (25').

Más tarde, Mphela y el gol de Luis Suárez en el otro partido dieron relevancia a la incertidumbre por la clasificación y dejaron de fondo el descalabro galo. El delantero de los 'bafana, bafana' aprovechó una sucesión de rechaces en el área y la pasividad de Clichy para batir de nuevo a Lloris y poner el 0-2. Dos goles más de los anfitriones, u otros dos de Uruguay, clasificaban a Sudáfrica para los octavos. Algo que se presumía histórico, como ya lo estaba siendo la derrota de los franceses.

En la segunda parte, Mphela trasladó a la escuadra un gran pase interior de Thsabalala y luego Lloris despejó otro disparo desde a frontal del persistente Mphela. La suerte no acompañó a los locales y Francia, en su única jugada trenzada, tiró de orgullo para marcar su primer y único gol en el Mundial. Lo hizo Malouda a pase de Ribéry. El gol sólo sirvió para asustar a Sudáfrica, que prefirió despedirse de su público con una lúcida victoria en lugar de arriesgar e intentar la proeza de golear a los 'Bleus'. Los sudafricanos son los primeros anfitriones de la historia de los mundiales en caer eliminados en la fase de grupos, pero con este triunfo ante Francia se van con la cabeza más alta que nunca.

Con la eliminación de Francia se cierra un ciclo, el de Domenech y el de veteranos como Henry, Anelka, Govou, Gallas y alguno que otro más. Enfrentados durante años en una lucha en la que no ha ganado nadie, porque ahora caerán todos juntos, pero en la que han perdido miles de ilusionados franceses. Y caerán todos porque llega Lorent Blanc a la dirección de los 'Bleus' y en su renovación se intuye sangre fresca.

O eso pretende la federación francesa, la misma que dio continuidad a Domenech a pesar del fracaso en la Eurocopa 2008, en la que tampoco pasó la fase de grupos. Dos años antes de aquella cita, Domenech tomó posesión con el objetivo de recobrar la gloria conseguida en Francia 98' y en la Euro 00'. Lejos de acercarse a estos logros, cuatro años después deja un equipo roto, hundido, gastado y lo peor de todo, enemistado con su propia afición. Una grieta complicada de cerrar y agigantada por la supuesta segregación racial que divide al vestuario y que se extiende a la sociedad francesa. Futbolísticamente, el punto de inflexión del altibajo de Francia en la última década fue la derrota en la final de Alemania 06' ante Italia. El cabezazo de Zidane a Materazzi fue el principio del declive galo, hasta nuestros días.

Hoy, 22 de junio, Francia ha tocado fondo y regresará a casa avergonzada por su propia actitud y por la deplorable imagen que han ofrecido al Mundo, incrementada con una acalorada discusión entre Domenech y Parreira tras el partido. Los franceses han merecido ser blanco de cualquier crítico, aunque su verdadero castigo comenzará cuando pisen patria y miren a la cara a su gente.

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