El Inter GANA SIN BRILLO EN MOSCÚ (0-1) PARA ALCANZAR LAS SEMIFINALES DE LA CHAMPIONS

El Inter de Milán ganó en Moscú al más puro estilo Mourinho y será uno de los cuatro equipos que disputen las semifinales de la Liga de Campeones. El campeón italiano se adelantó a los seis minutos con un gol de Sneijder de falta y guardó la ropa a la perfección, sin dar opciones al CSKA, que apenas mostró recursos. Sin hacer un gran partido, los de Mourinho pudieron hacer el segundo en alguna contra, sobre todo cuando el conjunto ruso se quedó con diez, pero Diego Milito no tuvo su día.

Al Inter no le hizo falta hacer un gran partido, pero tampoco lo buscaba, y eso que Mourinho salió ofensivo, con Pandev, Etoo y Milito arriba, y Sneijder, Stankovic y Cambiasso por detrás. El tanto llegó tan pronto que no dio tiempo a que el equipo ruso metiera algo de miedo en el cuerpo, ni a que hubiera algo de incertidumbre en la eliminatoria. La falta que dio origen al gol llegó tras un error de Honda en la entrega. Diego Milito robó y fue derribado a unos metros de la frontal. Desde allí disparó Sneijder fuerte, raso y al medio, no fue la mejor falta de su vida, pero la barrera se abrió y Akinfeev no reaccionó a tiempo.

Como era de esperar, el gol tuvo un efecto muy nocivo en el CSKA y en el partido. Los moscovitas tuvieron un único recurso: las faltas lejanas de Honda. El japonés lo intentó hasta tres veces desde muy lejos, pero no inquietó a Julio César. El meta brasileño sólo pasó apuros con un disparo de Necid que salió rozando el palo y con otro de Odiah que le obligó a intervenir. El resto de la primera parte fue un querer y no poder del CSKA, que se estrelló contra el muro del Inter. Los italianos, que ya habían conseguido lo que buscaban, no se volvieron locos. Tuvieron el segundo en las botas de Milito, pero Akinfeev le ganó la partida.

Lo que era difícil para el CSKA se tornó en misión imposible al poco de comenzar la segunda parte. Odiah entró abajo a Etoo y vio la segunda tarjeta amarilla. El cuadro ruso se quedó con diez y sin fe. El Inter sólo tuvo una cosa que hacer hasta el final: dejar pasar el tiempo. Entre tanto, y casi por inercia, tuvo cerca el segundo, sobre todo en las botas de Diego Milito. El argentino tuvo un mano a mano clarísimo que estrelló en Akinfeev, que se redimió de su error en el tanto con un partido notable.

El CSKA lo intentó por orgullo, pero el partido y la eliminatoria hacía mucho tiempo que eran del Inter, un equipo que no maravilló en Luzhniki, pero que consiguió su propósito, algo muy del estilo de Mourinho. Ni siquiera los apercibidos, Maicon, Samuel, Zanetti y Balotelli, vieron tarjeta amarilla. El campeón italiano, que había fracasado en la Champions en años anteriores una y otra vez, ya está en semifinales. Una vez ahí, se cree con derecho a todo.

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