Agüero lleva al Atlético a cuartos once años después

Once años después el Atlético logró clasificarse para la ronda de cuartos de final de una competición europea. El conjunto de Quique sufrió hasta el último segundo en el José Alvalade de Lisboa por lo apretado del marcador. Durante el partido hubo alternativas en el juego y en las ocasiones de peligro. Agüero adelantó al conjunto español con el primer tanto en el minuto tres del choque tras un remate en el primer palo a centro de Antonio López desde la banda izquierda. Un fallo defensivo de Perea ayudó a Liedson a empatar poco después del cuarto de hora a pase de Saleiro. A la media hora, Agüero volvió a adelantar a su equipo con una gran acción individual que tardará en ser olvidada previo excelente pase entre líneas de Reyes. Un fallo defensivo en los últimos segundos antes del descanso dio la posibilidad a Polga de devolver la igualada al marcador que, a la postre, resultó ser definitiva. Tras el descanso, hubo ocasiones por parte de Sporting y Atlético, las más claras fueron para Pereirinha y Saleiro, al que respondió De Gea con una soberbia parada.

El Atlético de Madrid viajó a Lisboa con la intención de lograr su pase a los cuartos de final de la Europa League y para ello contaba con el empate a cero de la ida como principal aliado, no encajar un tanto en casa en competición europea es un paso gigantesco hacia el triunfo en la eliminatoria. Así, las intenciones estaban claras por parte de ambos equipos. El Sporting estaba obligado a tomar la iniciativa y practicar su fútbol de toque, mientras que el Atlético estaba dispuesto a esperar para hacer un gol que obligara al rival a hacer dos. Quique decidió dar descanso a Forlán y optó por Agüero como único hombre en punta de ataque. Con Jurado como enganche y Simao y Reyes por las bandas, Agüero era la principal esperanza ofensiva colchonera. El conjunto local contaba con varias bajas importantes (Djaló, Tonel y Grimi) y en los visitantes faltaron Tiago e Ibra por no estar inscritos y Pablo por decisión técnica. Moutinho y Saleiro eran los encargados de surtir de balones al hombre más peligroso del conjunto portugués, Liedson.

Pues bien, si el guión era un Sporting lanzado y un Atlético realizando un trabajo de contención, ese guión se rompió en mil pedazos en el tercer minuto de juego. Un centro de Antonio López desde la banda izquierda habilitó a Agüero para llegar al primer palo y fulminar a Rui Patricio con el primer tanto que sirvió para intercambiar los papeles de cazador y presa entre ambos equipos. Contra todo pronóstico, el conjunto rojiblanco se colocó por delante en el marcador y logró encerrar a su rival en su área en los primeros minutos de partido. Todo iba de perlas para los de Quique hasta que, rebasado el cuarto de hora de partido, un centro de Saleiro, primer niño probeta en llegar al fútbol de élite, fue rematado de cabeza a bocajarro ante De Gea con la colaboración de un pasivo Perea, que se convirtió en un espectador de lujo de la jugada del empate.

Con la igualada, un eufórico Sporting imprimió más fuerza y velocidad al partido protagonizando un arreón del que el Atlético se defendió como pudo y no sin dificultades. Con el paso de los minutos, las fuerzas se volvieron a igualar y ninguno de los dos conjuntos dominaban el encuentro con claridad. Las alternativas en las jugadas de ataque eran constantes, pero ni portugueses ni españoles eran capaces de finalizar sus ofensivas ante De Gea o Rui Patricio. El choque bajó de revoluciones con dos equipos que se respetaban mucho mutuamente. Fue entonces, poco después de la media hora de juego, cuando Reyes se inventó una asistencia de lujo entre líneas que recogió Agüero para firmar una acción individual que significó el segundo gol colchonero y que quedará en el recuerdo de todos los atléticos. Tras recibir la pelota, el argentino eliminó a Polga y Caneira con un recorte exquisito con su pierna derecha y cruzó al palo derecho con la misma pierna adelantando a su equipo en el marcador.

El Sporting acusó el segundo tanto español más que el primero y estuvo vagando por el césped del José Alvalade bastante minutos en los que tan sólo supo probar a De Gea con disparos lejanos y que no pusieron en problemas al canterano rojiblanco. El Atlético tenía de nuevo el partido donde quería, con el marcador a favor y con el pase a cuartos en el bolsillo. Todo parecía indicar que los hombres de Quique enfilarían el túnel de vestuarios satisfechos y con una sonrisa de oreja a oreja, pero en el primer minuto de descuento en un saque de falta Veloso colgó un balón al centro del área que remató casi sin querer Polga y que significó el empate a dos. Con la igualada, las espadas quedaban en todo lo alto para la segunda mitad.

Tras el descanso, el partido se reanudó sin cambios, con los mismos sistemas por parte de ambos conjuntos y con un ritmo mucho menor que condenó los primeros minutos a un tanteo por hacerse con la iniciativa del envite. Fue el Sporting el que consiguió poner en apuros a su rival con dos ocasiones claras de peligro en el mismo minuto en el comienzo del segundo acto. Un duro disparo a quemarropa de Saleiro sirvió a De Gea para hacer gala de sus reflejos con la mejor parada de la noche. Acto seguido, fue Pereirinha el que remató de cabeza sin suerte y sin oposición alguna desde dentro del área. El Atlético atravesaba su peor momento del partido, sin oler el balón y con los locales volcados al ataque, Liedson pudo lograr el tercero para los suyos en un remate que se perdió por poco. Un disparo ajustado y con peligro de Reyes fue la antesala del primer cambio del partido por parte de Quique, que retiró a Simao para dar entrada a Valera, sustitución que desplazó a Reyes a la banda izquierda.

A medida que pasaban los minutos, los colchoneros se iban metiendo en el partido y veían el pase a cuartos más cerca aunque eran conscientes de que a su rival sólo le hacía falta un gol y lo iba a intentar hasta el último instante. Hubo momentos en los que pareció que el Atlético estaba dispuesto a apostar por el empate a dos y renunciar a intentar lograr un tercer gol que evitara sorpresas de última hora. Quique retiró al mejor jugador colchonero del campo a falta de diez minutos para el final, Agüero fue sustituido por Forlán. La reacción de Agüero ante el cambio fue de sorpresa y enfado, lo que demostró dando una patada a una botella de agua del banquillo de su equipo. Mientras tanto, el Sporting ofreció la cara totalmente opuesta, se lanzaron a tumba abierta a por el ansiado gol que le otorgase el pase a la siguiente ronda del torneo.

Los minutos finales del partido se consumieron entre ocasiones esporádicas del Atlético no del todo peligrosas y con el equipo local volcado para cambiar el nada por el todo. El pitido final del colegiado alemán Kircher servía para colocar al Atlético de Madrid en los cuartos de final de la primera edición de la Europa League, antigua UEFA. El equipo rojiblanco conocerá a su rival en el sorteo que se celebrará mañana en Nyon, al igual que el Valencia, que es el otro equipo español que sobrevive en la competición.

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