España saca la guillotina

España ya está donde se la esperaba, en la lucha por las medallas. Lo había hecho en los últimos cinco Europeos y no podía faltar a su cita. Entró en semifinales de forma arrolladora, sacando la guillotina y apabullando a una Francia que llegaba invicta y que acabó sepultada entre las toneladas de talento de la ÑBA. Los agoreros tendrán que esperar otra ocasión para ver la decadencia de un équipo único. Definitvamente, la ÑBA nunca se fue. Sólo se tomó un respiro.

La selección rozó la excelencia defensiva. Ahí empezó todo. Desde el primer minuto en empleó con una intensidad inusitada. La comandaba Ricky, secando literalmente a Tony Parker. Y sin cerebro -el base de los Spurs-, el músculo -el resto del equipo- no servía de nada. A los siete minutos, los españoles ya habían recuperado siete balones, Pau se mostraba infranqueable y los franceses no veían ni una línea de pase. Sólo las dos faltas de Garbajosa a los dos minutos fueron un pequeño nubarrón en un cielo despejado.

Por si la defensa no bastaba, el ataque de España era un ciclón. Empezó abusando del triple, pero metiéndolos. Rudy clavó tres en tiempo récord. Ricky y Navarro, cada vez con más ganas, se le sumaron en breve (5/9 en el primer cuarto). Así, a la primera pausa se llegó con diez puntos de ventaja para La Roja (15-25) y unas sensaciones difícilemente mejorables. Y eso que Pau apenas había entrado en juego. Toda la defensa se cerraba sobre él, pero sacaba oro de los balones que tocaba. Cuando Turiaf se cargó de faltas, le fue más sencillo.

El pívot español le dio la noche a Pietrus, más físico, pero falto de centímetros. Pau fue protagonista en el despegue definitivo. Primero comandó la carga del rebote ofensivo (España sumó siete al descanso y los tradujo en 17 jugosos puntos) y, con la ayuda de Felipe y Mumbrú, llevó a la selección a 16 de distancia (19-35, min. 14). Después, bailó lo que quiso en la zona francesa. Ocho puntos suyos volvieron a dar una máxima de 16 (27-43, min. 19). La dureza con la que se empleaba Francia no bastaba para frenar la apisonadora española.


El recital continuó tras el descanso. Los triples siguieron entrando y la defensa nunca desfalleció. Nadie se permitió un respiro. Los Gasol fueron una máquina de poner tapones, sobre todo a Turiaf, que acabó tan desquiciado como el resto de su equipo. Delante, Pau siempre se mostró imparable. Ha ido creciendo con la selección o la selección con él. Ustedes deciden. Dio igual cuántos o quiénes le defendieran. En el tercer cuarto anotó otros 10 puntos que acabaron con las pocas esperanzas que le quedaban al rival.

En el minuto 30, la diferencia ya ascendía a unos sonrojantes 24 puntos (49-73). La mejor defensa defensa del Europeo, la gala, que encajaba 64 puntos por partido, hacía aguas. El último acto fue un suplicio para Francia y una fiesta para España, que se recreó en el mejor partido de la 'era Scariolo'. La relajación hizo que el marcador se apretara tras un parcial de 17-4 (66-77). Fue un espejismo. Como la crisis de España. ¿Se acuerdan?

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