Inversión pública y privada impulsan la actividad minera

Instalaciones antiguas de El mutún. La región ha cambiado en los últimos años, y más con la instalación de oficinas por parte de Jindal.

• El Mutún y Coro Coro son los proyectos que demandarán capital privado y estatal.

Con inversión del Estado y entidades privadas, se impulsa nuevamente la actividad minera en el país, la ejecución de proyectos y rehabilitación de operaciones en la explotación de minerales y su futura industrialización, son el segundo puntal de la economía, a pesar de la depresión en los mercados internacionales.

Con la inversión de 300 millones de dólares por año, en el proyecto de explotación en el yacimiento de El Mutún por la Jindal, se espera la generación de miles de fuentes de trabajo y recursos para el Estado.

Además, se estima que en el primer quinquenio se invertirá 1.500 millones de dólares, inédito en la historia de Bolivia.

La explotación de El Mutún se convertirá en el mejor puntal para el despegue de la minería y metalurgia boliviana, que según estimaciones oficiales contiene 40.000 millones de toneladas de hierro, el yacimiento, ubicado en la provincia Cordillera del departamento de Santa Cruz.

Los proyectistas y autoridades estiman que una vez que el proyecto trabaje de manera regular, se generará 4.000 empleos directos y unos 12 mil indirectos.

“La construcción de un complejo minero-metalúrgico lanzará a Bolivia sobre las aguas de la gran industrialización polivalente”, explicó Fredy Beltrán, Director de Minería del Ministerio del rubro.

“Son inversiones muy grandes que está impulsando al Estado junto con la siderurgia, un empalme, una coordinación y una inversión conjunta entre minería ferrosa y no ferrosa y de la de los evaporíticos”, explicó el experto en minería.

Nace un nuevo proceso de industrialización en Bolivia, el desarrollo de fuentes de energía. “Porque sin energía tampoco hay industrialización”, acotó.

HIDROMETALURGiA

Otro proyecto importante es la reactivación e implementación de la hidrometarlurgia del cobre con 200 millones de dólares en la reactivación a riesgo compartido con una empresa coreana que tendrá un movimiento de mil millones de toneladas de carga al año.

Asimismo, el proyecto exige la creación de una cadena productiva de la industria química básica para la formulación de lixiviantes, la transformación de procesos para la obtención de metales de alta calidad con el ácido sulfúrico de alta pureza.

Son proyectos que generarán fuentes de trabajo, como la reactivación de polimetalúrgico de Telamayu, que después de 27 años de paralización produce muñones de crudo bismuto metálico en la perspectiva de fundir lingotes a medio plazo.

NUEVA MINERÍA

El inicio de la explotación de los minerales a través de un nuevo modelo sostenible, a cielo abierto, “Open Pit” sigue los modelos privados de la industria mineralógica de Inti Raymi y San Cristóbal.

En esta gestión se estima producir entre 60 y 80 toneladas métricas de carbonato de litio, junto al desarrollo de la cadena de industrialización de este no metal, no pesado ni contaminante, hasta cloruro e hidróxido de litio para luego pasar al litio metálico que es el elemento para hacer las baterías que impulsan actualmente a los autos eléctricos

Empresas japonesas, coreanas, francesas, indias y rusas han mostrado interés en la explotación del litio, y con muchas el Estado ha avanzado –se ha constituido un comité científico, información del Ministerio de Minería–. Recientemente visitó el consorcio francés Bolloré con un proyecto para el aprovechamiento del recurso.

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