Misiones jesuíticas de Bolivia

Mapa de las reducciones jesuíticas del oriente boliviano

Iglesia de la Misión de San Rafael de Velasco

La Compañía de Jesús tuvo un papel destacado en la evangelización de Bolivia con sus diversas misiones

Historia

La colonización de América fue emprendida por sacerdotes de distintas órdenes religiosas, que llevaron a cabo una amplia labor evangelizadora. Entre las misiones de dichas órdenes destacaron las de los jesuitas y franciscanos, y su labor en la Chiquitania Boliviana.


Nave principal de una de las iglesias

La Compañía de Jesús, bajo el mando de Ignacio de Loyola y por mandato del papa Paulo III, emprendió para marzo de 1540 la labor de fundar reducciones y evangelizar en las tierras del Nuevo Mundo así como la incursión y descubrimiento de nuevos dominios. En Bolivia influyó fuertemente fue la búsqueda de El Dorado, o el Gran Paitití, denominativos de una mítica ciudad de oro.

A finales del siglo XVII comenzó la creación de las misiones jesuitas en el territorio boliviano, esencialmente en las regiones de Chiquitos, al norte del departamento de Santa Cruz de la Sierra, y en Moxos, ubicado en el territorio del departamento del Beni. Primero se fundó la Misión de San Francisco Xavier en 1691, por el jesuita José de Arce. Seguidamente se creó la Misión de San Rafael en 1696, debida a los jesuitas Zea y Herbas. Posteriormente, en 1698 el jesuita Felipe Suárez fundó la Misión de San José. La Misión de San Juan Bautista data de 1699, y la Misión de Concepción de 1709. La Misión San Ignacio de Zamucos fue creada en 1724, siendo abandonada en 1745. Posteriormente se fundaron la Misión de San Ignacio en [[1748], la Misión de Santiago en 1754, y finalmente las últimas en fundarse fueron las Misión de Santa Ana en 1755 y la Misión de Santo Corazón en 1760.

La evangelización mediante el uso de la música renacentista y barroca tuvo gran acogida en la época y que se ha desarrollado consecutivamente hasta la actualidad, dejando un legado propio.

En 1767, la Compañía de Jesús fue expulsada de España y América, quedando su labor incompleta y abandonada. Aunque en Argentina, Paraguay y Brasil el trabajo hecho desapareció notablemente, en Bolivia sin embargo la obra se mantuvo y se desarrolló durante generaciones hasta la actualidad. La zona fue declarada en 1991 Patrimonio Histórico y Cultural de la Humanidad, realizando las autoridades bolivianas y organizaciones sin fines de lucro el lanzamiento turístico de la zona mediante el Festival de Música Renacentista y Barroca de Chiquitos.

Economía


Río Quizer, entre San Javier y San Ramón

Tanto en la época de la colonización como en la actualidad, la región de la Chiquitania se ha dedicado por completo a la agricultura, ganadería, artesanía, el trabajo del cueros y de los tejidos.

En la actualidad, la ganadería se ha desarrollado ampliamente, así como el procesamiento de la leche de forma industrial en una planta industrial. La artesanía y el turismo están muy relacionados desde el lanzamiento de las misiones jesuitas de la Chiquitania realizado a mediados del 2004, con proyección hacia el 2016.

Los misioneros incentivaron a los lugareños a desarrollar sus habilidades en la agricultura y ganadería, fomentando las artes manuales como el tejido, orfebrería, herrería, carpintería, escultura y pintura y la construcción de instrumentos musicales.

Arquitectura


Señor de San Xavier

Los cánones arquitectónicos y la distribución espacial de las misiones siguieron esquema que fue repetido con ciertas variaciones en el resto de las reducciones misionales. La Misión de San Xavier fue la base de este estilo de organización, una estructura modular y una amplia plaza de entorno, en la cual se concentraban la iglesia, el cementerio, las escuelas, los talleres y las viviendas.

El padre suizo Martin Schmid fue el arquitecto y músico creador de las iglesias misionales, con un estilo barroco mestizo. En la construcción destaca el uso de los materiales naturales del lugar como la madera, que se usó en las columnas talladas, los púlpitos y cajonerías, y los altares bañados en oro. El tallado de las imágenes fue una labor mestiza que continuó hasta la actualidad en talleres de formación.

La iglesia, compuesta de tres naves, tiene un techo forjado de madera simple, sostenido por columnas de madera Cuchi labrada, y horcones en las naves laterales, con un sistema estructural de madera casi independiente de los muros. Dicho tipo de madera posee una gran resistencia. Otros elementos, como el yeso, se usaron en los decorados de reboques planos, ondulados y falsos para asemejar la construcción barroca mediante volutas, cenefas y caracolas. El uso de la piedra volcánica es destacado en algunos enclaves.

Turismo


Coro misional

El turismo se ha convertido en una fuente importante de ingresos en la región, mejorando las infraestructuras. Destacan la riqueza cultural del recorrido misional y los festivales de música. Existen además numerosos atractivos naturales, como ríos, lagunas, aguas termales, cavernas y cataratas.

Desde 1996 y cada 2 años, se realiza el Festival Internacional de Música Renacentista y Barroca Americana, organizado por la Asociación Pro Arte y Cultura (APAC), una institución sin ánimos de lucro. A mediados de 1975 se llevó a cabo la restauración de la Iglesia de Concepción, en cuyo transcurso se encontraron 6000 partituras de música pertenecientes a los siglos XVII y XVIII. Posteriormente, otras 6000 partituras fueron halladas en Moxos y finalmente unas 10000 en San Xavier. Este 2006, el festival incluyó la interpretación de muchas de estas obras. La evolución del festival es la siguiente:


1996 1998 2000 2002 2004
Grupos 14 32 28 30 42
Conciertos 32 68 76 77 122
Músicos 355 517 402 400 980
Países 8 14 14 17 21
Sedes 3 9 9 14 16
Público 12.000 20.000 30.000 40.500 70.000

El festival es realizado en diferente plazas Misionales, incluso en la plaza principal de la ciudad de Santa Cruz. Compiten diferentes orquestas de varios países. Una de las orquestas locales es la Orquesta Urubichá, integrada por personas nativas de las misiones y que usan instrumentos manufacturados por ellos mismos, construcidos según los planos dejados por los misioneros jesuitas.

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